Psicomotricidad y Ajedrez
Incluir el ajedrez en el proyecto curricular escolar, resulta ser hoy desde lo lúdico una alternativa diferente pero muy necesaria.
Estamos en tiempos dónde los chicos muchas veces reciben excesivos estímulos de Internet, videos juegos, el zapping en la tele, lo vertiginoso, lo inmediato, la satisfacción rápida de sus deseos…, el jugar al ajedrez ofrece cultivar la paciencia, la concentración, la voluntad, el discernimiento y la autocrítica como valores a desarrollar que benefician los aprendizajes en general.
Con la práctica del ajedrez los chicos van adquiriendo otras habilidades y estimulando el pensamiento lógico, la memoria, la imaginación, la tenacidad y la precisión
Creemos que los exitosos resultados de nuestros alumnos en
los torneos (sus copas) se fundamenta no sólo en las atractivas clases de
ajedrez sino también en la base que promueve el pensamiento. Éstos niños han
recibido desde edades temprana (jardín) una práctica educativa que desde una
concepción psicomotriz garantiza la seguridad afectiva y su evolución teniendo
en cuenta la integración entre el cuerpo, la afectividad y el
pensamiento, construyendo genuinamente los pilares de la seguridad en sí
mismo , la iniciativa y la conexión principalmente con el placer.
“El niño es un ser de motricidad y afectividad, que no
puede acceder al pensamiento operatorio armoniosamente si a la vez no existe un
desarrollo armónico corporal y afectivo”. Para desarrollar el pensamiento,
primero todo pasa por el cuerpo, por la vivencia corporal, la percepción, y
luego se adquieren niveles de representación más complejos en imágenes
mentales que le facilitan sin dudas el establecer estrategias, tomar decisiones
adecuadas, ubicarse espacialmente, gestionar sus emociones, reflexionar sobre
la acción y respetar las reglas del juego.
Este placer de jugar con el cuerpo se revela ahora, con la
práctica del ajedrez, en el placer de jugar con el pensar… enriquecido por el
itinerario que se despliega en la sala de psicomotricidad que va del cuerpo al
pensamiento, se favorece fuertemente el desarrollo de las actitudes mentales y
pensamiento lógico-matemático.
“80 copas a la mejor escuela” en tan sólo 7 años, más
que premio es vivido como el resultado de la posibilidad y placer de nuestros
chicos de JUGAR, PENSAR Y SENTIR compartiendo en EQUIPO, donde la EMOCIÓN juega
un papel decisivo.
En el próximo número contaremos como la enseñanza de la
matemática cabalga sobre estas ricas experiencias.
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